miércoles, 24 de noviembre de 2010

LA FILOSOFÍA COMO BROTE ENTRE LAS CIENCIAS, QUE A SU VEZ SURGEN ENTRE LAS IDEOLOGÍAS.

Sócrates no debatía con grotescos ufólogos o expertos en fenómenos para-anormales, como ha llegado a hacer Gustavo Bueno en los medios decomunicación con el fin de inocular su quehacer filosófico entre las ideologías y acercar la racionalidad crítica, no a sus obtusos interlocutores, con quienes renunciaba a dialogar, sino a la audiencia ciudadana televidente capaz aún de razonar. Sócrates debatía con ciudadanos como Protágoras, Hipías, Ión, Alcibíades, Aristófanes, Górgias, Teeteto, Menón, e interpelaba a todos los capaces de razón, incluyendo al esclavo del último citado, a los artesanos, comerciantes, poetas y políticos como se señala en la Apología platónica, pero ningún personaje de los diálogos platónicos se asemejaba, ni remotamente, a la imbecilidad de una Pitita Ridruejo, y eso que llegan a aparecer personajes tan obtusos como el Hermógenes del Crátilo o Eutidemo y Dionisidoro, sino que la mayoría de ellos, ya estuviesen dedicados a alguna profesión liberal, ya fuesen terratenientes, contaban con unos saberes previos desde los que Sócrates ejercía su quehacer mayéutico, saberes que no eran otros que las ciencias y las técnicas, eminentemente la geometría. Sin siquiera esa base racional no era posible el diálogo, pero es que en Grecia ¡hasta un esclavo sabía geometría!. Suponer que la filosofía brota de las ideologías, como hizo el marxismo clásico, presupone saltarse el necesario suelo científico desde el que se puede llegar a dialogar.
En la historia de Occidente se produjo en Grecia un paso del Mithos a la Scientia (crecida con la techné) y de ésta a la Filosofía, resumido por Nestle en paso del Mithos al Lógos, esto es, de la Ideología a la Razón, con lo que se olvida que entre ambos se sitúan las técnicas y las ciencias, como cuñas racionales brotando dentro del envoltorio ideológico que supura toda sociedad. Gustavo Bueno es bastante explícito en este punto: "La filosofía crítica, tal como la entendemos aquí, aparece muy principalmente, como crítica a las construcciones científicas categoriales, que son construcciones cerradas dentro de su categoría; pero la filosofía, por ocuparse de Ideas [vi] que brotan a través de esas categorías, no puede arrogarse una «categoría de categorías» para sí misma, o una categoría sui generis en función de la cual pudiera definirse como ciencia. La filosofía no es una ciencia, lo que no significa que deba dimitir {como geometría de las Ideas} de los métodos característicos del racionalismo. Cuando hablamos de filosofía académica nos referimos a este modo platónico de entender la filosofía, más que al modo burocrático universitario" (QF, p.37).
Con ello se pone de manifiesto que no es lo mismo filósofo, que profesor de filosofía, que aficionado a la filosofía, ya que el primero y el último no tienen como condición de su posibilidad que estar comprendido dentro del entramado estatal burocrático universitario o pedagógico.
Pero las ciencias y la Filosofía son solidarias en el sentido en que no se puede ejercer la segunda sin entrar en familiaridad con las primeras. Si bien se diferencian en sus procedimientos, en el experimentalismo y el cierre -no clausura- de las primeras frente al teoreticismo y apertura de la segunda; es el núcleo teorético de toda ciencia, cerrado y particular, es decir, su estructura Noetológica, lo que tiene en común con la filosofía, en cuanto teoría general y abierta de los principios de la razón material dialéctica. "4. Las distancias que hay que establecer entre los procedimientos científicos (tan diversos a su vez entre sí) y los procedimientos filosóficos no impiden la sospecha, ni excluyen el reconocimiento, de una «afinidad de principio», fundada en la razón, entre el saber científico y el saber filosófico" (QF, p.104). Las ciencias y la filosofía conforman el "racionalismo crítico" porque "piden una validez para todos los hombres y para todas las culturas" (QF, p.36) contrarrestando tanto a las ideologías como a esa concreta ideología que conocemos como relativismo cultural.
Lo esencial para que haya tanto ciencias como filosofía es su común sustrato en una "«Lógica material dialéctica»" (QF, p.105), que iría más allá delproyecto gnoseológico de una teoría general de la ciencia, al buscar "englobar tanto a las formas de proceder de la razón científica como a las formas de proceder de la razón filosófica. El análisis de los procedimientos más generales de la razón dialéctica" (Ibid.), lo que desde Platón se conoce comoOntología (o Metafísica dentro de la tradición filosófica), la Lógica o principios del razonamiento en general, es decir, la Lógica del ser (onto-lógos), tan denostada por los seguidores de los autores llamados postmodernos; lógica que se materializa al concretar bajo la Idea del ser en general, cualquier ente o Ideas que las ciencias proporcionen para la reflexión: por eso la "filosofía es «enfrentamiento con las Ideas y con las relaciones sistemáticas entre las mismas»" (QF, p.38) y lo demás es opinión, cháchara ideológica, aunque pueda haber opinión verdadera, que no será sabiduría pero tampoco ignorancia.
La filosofía (saber de segundo grado) surge en todo el entramado social, a partir no ya de las ideologías, como afirma el marxismo vulgar, sino de las ciencias (saberes primarios), tanto de sus conmensurabilidades como de sus inconmensurabilidades: "Y, en la medida en que todos estos «saberes primarios» solo pueden conformarse socialmente y, por tanto, políticamente, habrá que reconocer que los diversos tipos de estructura política (según el nivel histórico o social) y, por tanto, de saber político, habrán de estar moldeando de un modo profundo la posibilidad misma de la concienciafilosófica. Otra cosa es determinar —desde la heterogeneidad de las diferentes estructuras políticas— si hay algún tipo de estructura política que facilite, más que otras, la constitución de la conciencia filosófica (o, lo que es equivalente, si hay algún tipo de estructura política que bloquee la posibilidad de una conciencia filosófica —no ya la expresión pública de la misma—)" (QF, p.89). "La filosofía tiende a desbordar todo gremio. Rechazadas estas alternativas, la única que se mantendría como alternativa plausible sería la que se propusiera como objetivo lograr que un conjunto «disperso» de ciudadanos, de profesiones múltiples, no vinculados entre sí gremial o institucionalmente, y con una «masa crítica» (¿medio millón? para España, ¿un millón?) suficiente, pueda ejercer una influencia social efectiva. Este «conjunto» o «Tribunal Supremo disperso» podría comenzar a desempeñar, de hecho, la función de un órgano insustituible en una sociedad avanzada, un órgano que ejercería, entre otras cosas, el papel de filtro de los millares de juicios individuales gratuitos e infundados que pululan en una sociedad en la que ese órgano no actúa, juicios venales que, sin embargo, son compatibles con los de un publicista, un periodista, un «intelectual libre» (no orgánico), &c., que ha alcanzado la función de «formador de la opinión pública», careciendo de toda capacidad de formular juicios filosóficos fundados a la altura del presente. En España, en nuestro presente, la educación filosóficaes universal a todos los ciudadanos, a menos desde un punto de vista legal; sin embargo la presencia de hecho de una filosofía crítica puede considerarse como prácticamente nula. ¿No debe ser esto uno de los principales motivos de reflexión autocrítica para el cuerpo de funcionarios del Estado a quienes se les ha encomendado la educación filosófica de la Nación?" (QF, p.78; pág.71: La filosofía estará presente en la sociedad "según la proporción de ciudadanos (¿un 5% un 50%?) capaces de argumentar sus juicios sobre ideas comunes incorporando los argumentos de los rivales"; pág.77: luego no se trata de la República de los Sócrates ya que "no sería necesario... que «todo el pueblo» estuviese al tanto de las obras de los filósofos. Sería, en cambio,necesario que una minoría suficiente del cuerpo social (¿el uno por cien mil? ¿el uno por millón?) fuese capaz de constituir un público disperso, pero bastante, para que la crítica estrictamente filosófica pudiese desempeñar, en el conjunto del saber, el papel social que virtualmente puede corresponderle").

No hay comentarios:

Publicar un comentario